Para todos era obvio, las cebollas eran las culpables; inclusoa algunos lograron arrancarles unas lágrimas. Ellas no sabían dónde meter el rabo. Esto provocó que el ajo se enfureciera: despotricó y golpeó, destruyó el lugar; en fin, el ajo perdió la cabeza y nadie podía ayudarlo… Los jitomates, por supuesto, enrojecieron de vergüenza.
Miguel Ángel Hernández
Bonito fin de semana el que acaba de pasar; Nos quedo muy bueno el Flashmob, salvo un incidente, pero que va? Lo importante es que hicimos pasar un buen rato a muchas personas, esta pendiente el video mis amigos emplumados, no desesperen !
¡Ah pero que bellos son estos dias! ¡Hasta sonrio sin darme cuenta! ...
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